Historia
Orígenes y primeros años
La Hermandad del Santísimo Cristo Crucificado y María Santísima de la Esperanza fue fundada en el año 1940, como «Cofradía del Santísimo Cristo Crucificado», gracias a la iniciativa emprendida por Octavio Ferrís Cárdenas, primer Hermano Mayor. Bajo su dirección, se formó la primera junta directiva de la cofradía, que se constituía por José Vidal Iborra como vicepresidente, Juan Blanes Pina como secretario, José Cerdá Luz como tesorero, Juan Torregrosa Llorca como mayordomo, y José María Tormos, José Pérez y Leopoldo Pastor como vocales.
El 21 de marzo de 1940, Jueves Santo, la cofradía realizaría su primera salida procesional desde la Iglesia del Exconvento con un crucificado de reducido tamaño, que cedió una familia. Durante las primeras procesiones, los cofrades vistieron túnicas prestadas o compradas a otras cofradías de la ciudad, pero pronto, buscando la uniformidad, se optó por confeccionar túnicas de color azul mahón, con cinto y antifaz de color crema. El tejido usado para las túnicas era pesado y tosco, lo que unido al color azul, hizo que la cofradía pasase a ser conocida durante un tiempo como la cofradía dels mecànics.
En 1943 la fortuna sonríe a la cofradía y resulta premiada una participación de lotería que el párroco había regalado a Octavio Ferrís. Con el premio obtenido, la cofradía adquiere, en un establecimiento de Valencia, un crucificado de tamaño académico realizado en pasta de madera, que actualmente preside la sacristía de la Parroquia. Esta imagen fue bendecida la noche de Jueves Santo de 1944 en la iglesia del antiguo convento de capuchinos; entronizada en unas andas que allí se encontraron, partió hacia la Iglesia de San Juan Bautista, celebrándose así la primera Procesión del Silencio.
En 1946, Encarnación Blanes y su esposo, Juan Martínez, encargan a José María Alarcón Pina, escultor monovero afincado en Madrid, una imagen de Cristo crucificado (1946), con el objetivo de donarlo a la joven cofradía. Este Cristo, que sigue ocupando la titularidad de la Hermandad, salió entonces con unas andas compradas a la cofradía de la Soledad, sustituidas a mediados de los cincuenta por otras encargadas al carpintero José Corbí, doradas en pan de oro y con capacidad para doce portadores.
Octavio Ferrís siguió al mando de la cofradía hasta 1947, cuando tomó el relevo Ramón Hernández. Tan sólo un año después, fue Salvador Amorós quien se hizo cargo de la presidencia hasta 1979.
Lenta consolidación
En 1951, la asamblea general acordó adoptar, ya para el año siguiente, un nuevo hábito, conformado por una túnica de algodón negra, con el fajín y el antifaz en raso rojo y con remates en fleco dorado. En 1977 se incorporó al mismo una capa de vuelo en raso verde, con vueltas en raso rojo y una cruz en la trasera realizada en galón dorado con cuatro filamentos rojos.
A lo largo de los años, la cofradía va ganando nuevos cofrades de manera lenta, sin sufrir grandes cambios ni transformaciones.
En 1979, Enrique Marhuenda Botella toma las riendas de la cofradía, y comienza un proceso de renovación de patrimonio y enseres, con la adquisición de faroles o la restauración de las andas.
Reactivación
En 1990 la cofradía celebró su 50 aniversario adquiriendo la actual cruz de guía. Esta celebración marcó el final del mandato de Enrique Marhuenda Botella, pasando la dirección de la cofradía a su hijo, Enrique Marhuenda Bellot. Comienza entonces un periodo en que la actividad de la corporación irá creciendo paulatinamente. Es testimonio de ello que desde 1992 nuestro titular preside el Altar Mayor en el periodo cuaresmal, o que en 1994 la procesión del Silencio llegó a la Ermita de Santa Bárbara.
Sin embargo, el elemento que lance a la cofradía hacia el crecimiento será la sustitución de los velones que usaban los cofrades en las procesiones por portacirios negros con un plato en que se deposita la cera. Este hecho, en apariencia insignificante, provocó que en 1995 se vendiesen 200 de esos portacirios y se registrasen 64 nuevas altas. De este modo, en el año 1999 la cofradía ya contaba con 516 cofrades.
Son tiempos de proyectos de notable envergadura, tales como la redacción de los primeros estatutos (1998 y 2002); la realización de un nuevo paso procesional con capacidad para al menos cincuenta portadores (2000); la solicitud y concesión de una plaza con el nombre de nuestro Sagrado Titular, anexa a la iglesia del antiguo convento, donde se instaló un retablo cerámico con su efigie(2005); y la adquisición de un local donde establecer la Casa de Hermandad (2003, inaugurada en Marzo de 2004). En el año 2003 también se sustituyó la cruz de nuestro titular, al presentar la original un ataque de insectos xilófagos.
Por otro lado, en el 2003, el buen nombre de la banda de tambores de nuestra cofradía llega hasta la Hermandad del Cristo del Mar de Alicante, que invita a la banda a acompañar al Cristo del Mar en su estación de penitencia de Martes Santo. A partir de entonces, comienza a gestarse una fantástica relación entre ambas corporaciones, que conducirá a su hermanamiento.
De cofradía a Hermandad
El año 2007 es el escogido para hacer efectivo el Hermanamiento con la Hermandad del Santísimo Cristo del Mar, Nuestra Señora de los Dolores y San Juan de la Palma de Alicante, programándose diversos actos que culminaron con la salida extraordinaria del paso de palio de la Virgen de los Dolores tras nuestro Sagrado Titular, en la Procesión del Silencio de 2007.
En la asamblea general del año 2009 se plantea el proyecto de realización de una imagen de la Virgen para ocupar la titularidad mariana de la Hermandad, bajo la advocación de la Esperanza. El contrato, firmado en febrero del 2010, especifica la entrega de la Virgen en junio de ese mismo año. Así, el sábado 12 de junio se presentó nuestra titular en la capilla de la hermandad de Montserrat, ataviada con ropas de la Santísima Virgen de Montserrat. La bendición de María Santísima de la Esperanza en nuestra ciudad el día 19 de junio marca un punto de inflexión en nuestra corporación.
Últimos años
La llegada de la Virgen de la Esperanza al seno de la hermandad supone la puesta en marcha de una nueva cuadrilla de costaleras (portadoras a varal), además de la adquisición de nuevos enseres de ajuar y procesionales. De este modo, se encargan a Orfebrería Andaluza la parihuela y los varales del palio, y a David Calleja una saya bordada sobre tisú de plata, todo ello bendecido el sábado anterior al Domingo de Ramos del 2011. Sin embargo, fue una Semana Santa de sinsabores, pues en la noche del Jueves al Viernes Santo, en plena procesión del Silencio, una fuerte tromba de agua frustró la primera salida procesional de la Virgen de la Esperanza.
Por suerte, en la Semana Santa del 2012 la Procesión discurrió por fin con normalidad, celebrándose un encuentro entre nuestros Sagrados Titulares en la Plaza del Santísimo Cristo Crucificado.
En la actualidad, la Hermandad trabaja por consolidar y renovar diferentes aspectos, tales como la Procesión del Silencio, las Reglas de la Hermandad y los cultos internos a nuestros Sagrados Titulares.